Didáctica y Nuevas Tecnologías
No basta con tener las herramientas, si la mentalidad del maestro no cambia da lo mismo que tenga un martillo y un cincel o un tablero inteligente. Lo que primero debe entender el docente es que la tarea de enseñar implica una perpetua actualización y esto es verdad para el siglo XIX y para el XXI y que las herramientas informáticas pueden ser un excelente apoyo al trabajo sistematizado, organizado, responsable y novedoso que tenga el profesor en la cabeza. A propósito de esto me gustaría citar al profesor Fernando Vásquez Rodríguez “si un desarrollo tecnológico no está soportado en un proyecto pedagógico, lo cognitivo se vuelve mecánico, el pensar se reduce a un mero hacer. En otras palabras, los aparatos no constituyen de por sí conocimiento” (2010 pág 40).
Existen a mi modo de ver dos elementos claves al pensar la relación entre la tecnología y la didáctica. Por un lado está el potencial de construcción de conocimiento sin estar sujeto a un espacio y un tiempo, pero donde aún existe la figura del maestro orientado el proceso, esto le brinda a las personas la oportunidad de acceder al saber en un tiempo en donde la competencia laboral y el desempleo campean y es necesario cuidar el que se tiene.
Por otro lado está la necesidad de conectar la escuela con la vida. Esta idea se ha venido desarrollando desde las pedagogías constructivistas y cognoscitivas, es decir que el estudiante aprende en la medida en que se vinculen los nuevos saberes con otros que ya tienen y que se vaya creando una estructura mental. A propósito de esto quiero hablar de una teoría que ha tomado bastante fuerza en los últimos tiempos: el conectivismo.
El conectivismo es una forma de acercar la escuela a la vida, en la realidad del siglo XXI donde los jóvenes están inmersos en los mundos de la web 2.0 y 3.0. Es una forma de superar el hecho de que la escuela siempre ha ido por un lado y los estudiantes por otro, pero es sobre todo una manera de proveer herramientas fundamentales en la sociedad de la información: la posibilidad de aprender permanentemente, el crear redes para intercambiar datos y el utilizar la información de manera pertinente y si es del caso aún sin haberla digerido completamente, es decir sobre la marcha. Al respeto George Siemens, el impulsor del conectiivismo dice: “El conocimiento personal se compone de una red, la cual alimenta a organizaciones e instituciones, las que a su vez retroalimentan a la red, proveyendo nuevo aprendizaje para los individuos. Este ciclo de desarrollo del conocimiento (personal a la red, de la red a la institución) le permite a los aprendices estar actualizados en su área mediante las conexiones que han formado.” (Siemens, 2004).
Sin embargo, la realidad demuestra que incluso en la era de la información en donde se supone que existe la “democratización” del conocimiento, las diferencias entre el primer mundo y el tercero son abismales, entre otras cosas porque los tercermundistas, o sea nosotros, no somos productores de conocimiento y menos de conocimiento y avances tecnológicos, somos sólo consumidores lo que de plano implica que nos imponen desde afuera un modelo de realidad. Es más esa diferencia abismal se observa en los mismos contextos del país, tanto urbanos como rurales. En Bogotá para no ir más lejos, los jóvenes de ciertos niveles sociales y culturales utilizan la tecnología con varias intenciones: recreativa, educativa, social etcétera y realmente aprovechan, siendo nodos, las redes que se tejen en los mundos virtuales y la información que fluye por ella. Pero la mayoría de los jóvenes de estratos populares se limitan a consumir pasivamente lo que los medios les brindan de recreación y socialización, perpetuando la brecha entre ricos y pobres.
Ya para terminar quiero recalcar lo siguiente: no importa el modelo didáctico que se escoja, si utiliza TICs o no, lo que importa es que ese modelo se aplique con la verdadera intención de construir una educación de calidad. Ahora bien, es una realidad que en el escenario actual es fundamental que los estudiantes adquieran competencias básicas y también la base común de aprendizajes esenciales, que incluyen el uso de las TICs pero también la lectura y la escritura, las matemáticas, las ciencias naturales, el uso de una segunda lengua etc. A propósito de la lectura y la escritura INTERNET resucitó la escritura y la dinamizó con elementos semióticos e icónicos y enseña a leer de mezclando varios códigos: visual, escrito y auditivo. Estas competencias son tan necesarias que uno debe preguntarse, sobre todo a propósito de las TICs, como hacer para incluirlas. Si se transversalizan se corre el riesgo de que todos deban enseñarlas y no las enseñe ninguno; y si se dejan como área se parcelan como saber. Al respecto en una investigación hecha por OCDE (Organización para Cooperación y el Desarrollo Tecnológicos) se plantea que en varios países la mayoría de competencias básicas se transversalizan y las relativas a TICs se les asigna un espacio de desarrollo específico: “La mayoría de los países integran el desarrollo de las habilidades y competencias del siglo XXI de manera transversal, es decir a través de las diferentes asignaturas del currículo. Aquellas que están relacionadas con las TICs representan a menudo, una excepción, es decir se enseñan como materia independiente” (OCDE 2010 pág 14). Estoy de acuerdo con esta posición, porque una cosa es enseñar historia o español utilizando las TICs y otra es enseñar a manejar dicha herramienta que ya es cuestión de expertos.
En conclusión creo que la crisis de la escuela se superará cuando se organice mejor y se adopten didácticas y modelos pedagógicos que propendan por la calidad y por la superación de la desigualdad, lo que incluye poner a la tecnología al servicio del ser humano y no al revés, recordemos siempre la paradoja de MATRIX.
Referencias:
VASQUEZ Fernando. Educar con maestría. Bogotá: Oficina de publicaciones Universidad de La Salle. 2010.
SIEMENS George. Una teoría de aprendizaje para la era digital. Creative commons 2.5 2007.
ITE. Habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del nuevo milenio en los países de la OCDE. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. 2010.
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